martes, 30 de agosto de 2011

Día 5. Uno de viajes: Bestiario, Todos los fuegos el fuego. Cortázar.

Este libro me propuso dos viajes: el primero resulta ser el continuo salto que el lector hace entre las historias narradas en los cuentos que componen Bestiario y Todos los fuegos el fuego y el segundo es un recorrido de ida y vuelta constante entre Buenos Aires y París, como esos dos grandes amores de Cortázar que están siempre plasmados de alguna forma en sus escritos.

Dudé mucho sobre si reseñar este texto como “uno de viajes”, pero para mí lo es del todo. En principio cabe resaltar que el libro lo compré en Cartagena y lo leí en Valledupar, en ese periodo sabático que me tomé para viajar y viajar y nada más, así es que por esa experiencia cuando pienso en viajes lo relaciono inmediatamente con este libro en particular. De otro lado dos de los cuentos que allí se encuentran me inspiran rutas de viaje, uno que ya realicé y otro que es en este momento de mi vida toda una obsesión.

Quiero empezar por hablar de Ómnibus, el cuarto cuento del libro. Esta historia narra básicamente los extraños acontecimientos que suceden en un viaje en colectivo desde la Avenida San Martín (en La Chacharita, un barrio de Buenos Aires) hasta El Retiro (Una de las estaciones de tren, cercano al barrio Recoleta, donde viví por algún periodo). Lo que se lee allí es una detallada y encantadora descripción de las calles y los lugares representativos por los que avanza el colectivo y a la par de esta narración el autor va acercando a los protagonistas del cuento: dos desconocidos que parecen ser juzgados por todas las personas que viajan con ellos, y quienes,confundidos y sintiéndose cercanos en el juicio cuyas causas desconocen, acaban aliándose para terminar a salvo el inexplicable viaje que termina uniendo sus destinos.

Cuando leí este cuento iba y venía entre alegría y sorpresa, ese viaje era justo el que debía realizar una vez por semana, cuando iba a hacer trabajo de campo para mi tesis a una escuela ubicada en el barrio Chacarita. Mientras leía iban surgiendo imágenes en mi cabeza de los tiquetes, las monedas, el Ómnibus, las calles, las paradas, el destino final, es un viaje que viví y revivo con cada nueva lectura que hago repetidamente del cuento.

De otro lado está “El otro cielo”, un cuento que me gusta pensar como una narrativa bipolar; se desarrolla entre Buenos Aires y París bajo el mismo cielo de las galerías cubiertas, se trata de una especie de huida a otro mundo, uno más mágico entre cafés del lugar y la compañía de una mujer que representa una vida diferente a la suya que se desenvuelve entre su trabajo en la bolsa y su matrimonio cercano. Este cuento y La autopista al sur, configuran un perfecto abrebocas para antojarse a hacer maletas e ir en búsqueda de conocer la Francia de Cortázar.

Tras estas descripciones ¿Porqué es este libro un libro de viajes? En realidad es este un gran trip y allí para mi hay un viaje echo, uno por hacer y una cita con Cortázar en un café de París.

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