martes, 30 de agosto de 2011

Día 3. Uno que sea un placer culposo: Christine, Sthepen King

Declaro este libro como un placer culposo para mí al recordar dos conversaciones que tuve con respecto a su escritor. La más lejana en el tiempo fue con el profesor que más admiré en la universidad, Arturo Uscategui, quien en una charla informal me recomendó que no leyera más de 5 libros de un mismo escritor pues con ese número bastaba para conocer su estilo y en cambio bien podría, al llegar a ese límite, leer una mayor variedad de escritores. La recomendación me la hizo después de contarle que había leído ya 7 libros de Sthepen King y estaba pensando empezar a leer Christine, sin embargo la sugerencia fue inútil en este caso pues en muy pocos días leí el libro y el último día pasé una noche completa en vilo con la obsesión de terminarlo.

La segunda vez que hablé de este personaje fue hace poco con alguien con quien salía; aquel hombre que vive para viajar, es un apasionado por la lectura y fiel amante de la fotografía, al preguntarme qué estaba leyendo (en ese momento leía maleficio de Sthepen King) pareció decepcionarse con la respuesta y el comentario que siguió se relacionaba con un capítulo de los Simpsons en el que hacían mofa de las “rebuscadas” historias de miedo del autor.

Y bien, pude haber quedado en ridículo, puede que él y muchas personas piensen que este autor produzca historias mediocres y que como betseller sea de por sí reprochable, pero la verdad es que mi placer culposo es que es uno de mis escritores preferidos, que tiene la magia de atrapar al lector desde la primera línea de sus libros y que en especial Christine logró atraparme a tal punto que todos los días que duré leyendo el libro me soñaba dentro de la irreal historia.

Por encima la historia es como un cuento de niños pequeños, Christine es un Plymouth modelo Fury, del año 1957, rojo y blanco, que tiene vida propia y además es un asesino en serie. Suena básico, y en realidad la excusa de la historia lo es, pero el lenguaje y la forma en la que King juega con los puntos de giro de la narración hacen que el lector no quiera desprenderse del texto.

Y ya que el placer culposo es el escritor, más que el libro que reseño, quiero hacer una breve recomendación de otros de sus libros: La larga marcha, maleficio, la serie de la torre oscura, ojos rojos y rabia.

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